“Es una alegría que vuelvan a celebrarse las Fiestas de la Virgen”

Uno de los actos más esperados de las Fiestas de El Carmen es la celebración de la popular Sardinada en el muelle pesquero de Candelaria, en la que se congregan cientos de personas y que tendrá lugar el próximo 17 de julio.

Jordi Ocaña, nuestro entrevistado, es el hijo de Juan Ocaña, responsable del Bar Restaurante Cofradía de pescadores y persona encargada de que las sardinas, la bebida y el mojo no falten en este día de encuentros y brindis, quizás, motivos que este año se vivirán de manera especial tras los dos años en los que tampoco se ha podido celebrar este evento a causa de las restricciones derivadas de la pandemia.

“Este negocio pasó a manos de mi padre hace aproximadamente 22 o 23 años. Mi padre y mi madre comenzaron la actividad con 9 mesitas y tres paraguas. Cuando llovía o hacía viento teníamos que cerrar. ¡Era imposible atender a alguien aquí!”, comenta Jordi, intentando recordar la clientela que acudía al Bar cofradía por entonces “venían los pescadores y los usuarios del muelle principalmente. Por supuesto, también teníamos clientes que venían de otros lugares de la Isla, aunque, la verdad, yo en esa época estaba bastante tiempo fuera: era cuando jugaba en El Tenerife, después en El Ferrol y así… Pero sí te puedo decir que venía mucha gente de aquí porque era novedad en el muelle que esto hubiese vuelto a abrir”.

Así empezó a echar a andar el negocio: como novedad, con mucha expectación, con pocos clientes y con un padre, una madre y un hermano al frente del mismo.

“Los días de la Fiesta de El Carmen son días de mucho trabajo. Se genera mucho ambiente en esta zona por las distintas actividades, tanto en la Fiesta del agua, como en la misma sardinada o en cualquier otra”, indica. “A nosotros nos ha gustado colaborar y siempre hemos echado una mano en la preparación y celebración de la sardinada. En los ventitantos años que llevamos aquí –ahora ya no, porque ahora lo hacen los operarios del ayuntamiento-, pero yo recuerdo como salía de aquí, de trabajar, y me metía a servir cañas y lo que hiciese falta. ¡Ahora también colaboramos en lo que haga falta y a mí me gusta mucho eso!”, añade.

Nos cuenta Jordi que, desde casi siempre, su padre se ocupaba del avituallamiento “él se encargaba de buscar las sardinas, y todavía hoy en día lo hace. A él lo llaman, le indican la cantidad de sardinas que van a hacer falta, 300 o 400 kilos -que no es una bobería-, y las busca”: 

Juan Ocaña recibe el encargo, en este caso por parte del Ayuntamiento, no sólo de conseguir los cientos de kilos de sardinas sino también se encarga que la cerveza no falte y de la elaboración del mojo que confiere ese toque tan nuestro al exquisito manjar que nos embriaga tanto el olfato como el gusto.

“Nosotros cerrábamos el negocio y pasábamos a ayudar en la sardinada, ¡También disfrutábamos del baile que se hacía! Al principio, recuerdo, este era un festejo que preparaban los pescadores, era un encuentro muy familiar, con la gente del pueblo. Después ya fue cogiendo más trascendencia por el boca a boca de los que venían y se hizo cargo el Ayuntamiento. La verdad, el muelle se queda pequeño. Los últimos años en los que se ha celebrado el muelle se ha quedado pequeño”, destaca Ocaña (hijo).

También –y por el buen hacer de la familia, tanto por el trato como por la calidad y profesionalidad con la que desarrollan su actividad hostelera- el negocio ha crecido en personal laboral y tamaño. “Tenemos que agradecer la confianza que han tenido en nosotros los responsables de la Cofradía de Pescadores, quienes nos han facilitado muchísimo nuestro trabajo, sobre todo en la época de restricciones por la covid, cediéndonos más espacio para mantener la distancia física necesaria entre una mesa y otra, y así cuidar mejor a nuestra clientela”.

La Fiesta de la sardina se celebra en el Muelle Pesquero de Candelaria y se sirven entre 300 y 400 kilos de sardinas asadas, entre 600 y 700 litros de cerveza, otros tantos de refrescos. 

Los dos años en los que esta actividad no se ha podido realizar (debido a la enfermedad contagiosa covid-19) hacen presagiar que esta edición de 2022 cuente con muchísimas más personas que en años anteriores por el mero hecho de celebrar los ansiados encuentros personales y celebrar la vida, degustando el rico pescado y marcándose un paso de baile a ritmo de la orquesta Columbia que amenizará esta gran velada.