“Hay que ser prudente y el conocimiento viene a poner el populismo en su sitio”

Nacido en la zona de Agache, concretamente en El Escobonal, Airam Puerta ocupó, durante los dos primeros años de esta legislatura, la alcaldía del Ayuntamiento de Güímar, donde gobierna en coalición. Durante estos dos últimos años ha desempeñado el cargo de primer teniente de alcalde y es el responsable de las empresas concesionarias. Con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, su partido trabaja desde hace meses en el proyecto electoral con el que quieren dar continuidad al trabajo que han desarrollado en los últimos años de mandato. Pero además de su faceta política, Airam Puerta es conocido entre sus vecinos por su participación en la actividad cultural y deportiva.

Muchas personas lo conocen por su cargo público, pero como vecino de Güímar, ¿qué nos puede contar?
Tuve una infancia sencilla. Nací y me crie en El Escobonal. Me acerqué más al centro de Güímar cuando comencé mi etapa del instituto, en el Mencey Acaymo y a La Laguna, cuando estudié en la universidad y, posteriormente, fui a Madrid. Me he dedicado a la Ingeniería y comencé en la política por mi familia, por mi madre y por mi padre, que han formado parte del grupo socialista desde hace mucho tiempo. Siempre viví en casa la vinculación a ese mundo, donde primaban la educación y las buenas formas, marcando siempre unos principios y unos valores que creo que siempre hay que tener y que no hay que perder jamás. Estuve siempre vinculado al mundo del deporte, que fue un gran aliado que tuvimos, tanto mi hermano como yo. Además, asistí a clases de folclore, guitarra, canto y teatro. También hice algún que otro pase de modelos, junto con mi hermano, y algún spot publicitario. Tuve una infancia muy activa, donde siempre reinaba la forma en la que nos educaron mis padres.

¿Qué le ha aportado la lucha canaria?
La nobleza. Si alguien ha luchado sabe que la nobleza es una de las primeras cosas que aprendemos, ya que tienes que tirar al adversario, si se puede, con elegancia, además de que después hay que tenderle la mano y levantarlo. Creo que me ha marcado. En política también tienes que atacar a tu adversario, pero de forma correcta con críticas constructivas, no se puede tirar al adversario de cualquier manera. Llevo toda una vida en la lucha canaria, concretamente en el Club de Lucha Benchomo, que actualmente tiene el placer de dirigir mi hermano, que tiene una cantera muy ilusionante, y que nos ha traído muchas alegrías. Somos una gran familia y los luchadores serán mis compañeros de por vida. Soy una persona muy prudente y gentil. Me gusta mucho explicar y compartir lo que aprendo. Ahora mismo es hora de decir más que no, debido a las restricciones que tenemos y debemos tener mucho cuidado con lo que decimos si queremos que la gente confíe en nosotros, no te puedes salir de esa rigurosidad a la hora de pronunciarte.

¿Su profesión también le ha influido en su faceta política?
Hay que conjugar de forma acertada la popularidad y el conocimiento. De qué te vale ser muy popular si lo que estás contando no se va a hacer. A veces por esos perfiles muy populistas que cuentan para contentar a todo el mundo, queda en nada, y yo para eso no estoy. Si al final eso me pasa factura en mi etapa política, me iré para casa bastante tranquilo. Conocemos muchos populismos a lo largo de la historia, y sabemos cómo han acabado. Hay que ser prudente y el conocimiento viene a poner el populismo en su sitio. Si hay un gobierno que lleva mucho tiempo gobernando de una manera y llega otro y dice que esto está mal y que un procedimiento no se llevó a cabo, hay que moldearlo. Los políticos tenemos que ser personas serias, honradas, honestas y con principios que ayuden a cuidar la administración pública y la democracia que tanto nos ha costado. El populismo también vale, pero con rigor.

Se convirtió en uno de los alcaldes más jóvenes, ¿eso fue una dificultad o una ventaja?
Fue un reto. Agradezco a todas las personas que me apoyaron y también a las que me soportaron, porque uno gobierna para todos. A todo el mundo hay que atenderlo por igual, lo que creo que es una seña de identidad de todo buen político. Hay que atender a la ciudadanía y hacerle la vida lo más fácil posible aunque a veces toque decir que no, pero incluso diciendo que no que el vecino se vaya agradecido a casa. Era algo que tenía en mi cabeza constantemente. La experiencia fue fantástica, a pesar de tener que gobernar en el momento más duro de la democracia de este país con esa dichosa pandemia, pero no estoy aquí para quejarme. Son otros los que tienen que hacerlo y nosotros buscar soluciones, independientemente de la situación en la que nos encontremos. Eso fue lo que hicimos con todo el grupo de gobierno, que se volcó para intentar proteger la vida de las personas. Ahí están las estadísticas, que muestran que Güímar no estuvo por encima de la media de fallecimientos a nivel insular, y eso fue porque fuimos bastante rigurosos. Había otros más permisivos con la ley, pero yo siempre hice una interpretación más restrictiva, porque estaba en juego la vida de la gente, y en eso no hay que jugar.

Si cuatro años de legislatura se dicen que son insuficientes para ver algunos resultados, ¿qué ocurre cuando solo se dispone de dos?
Intenté hacer en dos años, lo que otros pueden desarrollar en cuatro. Recibí algunas críticas por ir rápido, pero es que encima estábamos en pandemia. A pesar de eso, ahí están los resultados. Hemos conseguido una financiación importante de unos diez millones de euros de inversiones, que se gestionaron de forma correcta, para evitar repetir los escándalos que hemos sufrido. Durante la segunda etapa, ya como concejal, me he sentido cómodo, porque el actual alcalde respeta en reciprocidad. Hemos seguido trabajando y sacando adelante acciones para mejorar la vida de los hombres y mujeres de este maravilloso pueblo de Güímar.

De estas acciones, ¿cuáles destacaría?
Han sido numerosas las acciones que hemos desarrollado durante estos cuatro años. Se abrieron calles de la zona de los aguacates y San Pablo, se hicieron obras de saneamiento en La Hoya y las canalizaciones para la fibra óptica de parte de la calle República Dominicana. Además, se desarrolló la segunda fase de la TF-61 desde Güímar hasta el cementerio municipal y la financiación del edificio comarcal de empleo. En materia de servicios destaca la concesión del servicio de agua, con importantes obras de mantenimiento de las instalaciones, así como el inicio del pliego del servicio de residuos y limpieza viaria. Además, tenemos la apertura de la unidad de salud mental y la mejora de la toma de muestras sanguíneas en los dos periféricos, El Escobonal y El Puertito. Tenemos el primer supermercado solidario de la zona sureste de la isla de Tenerife, que atiende a decenas de familias en situación de exclusión social. Se ha hecho una importante dotación a las infraestructuras deportivas municipales y se ha aumentado la colaboración con Protección Civil y el Consorcio de Bomberos Voluntarios del Valle de Güímar, a los que no se les reconoce lo suficiente el trabajo que hacen desinteresado por y para los demás. En lo que respecta a la policía, pese a que se celebró el proceso selectivo celebrado no fue superado por ningún agente, pero hay pendiente tres plazas de uno gestionado por el Gobierno de Canarias. Ya se ha materializado la separación de las dependencias de este cuerpo con la de Servicios Sociales. En materia de transportes se habilitó una nueva ruta para los alumnos del IES Güímar y en aumentar la colaboración con los colectivos de taxistas. Por otro lado, hemos ayudado a las comisiones de fiestas de nuestro municipio a darse de alta para que puedan acceder a los derechos que legalmente le puedan corresponder. También se ha trabajado en mejorar el tratamiento de aguas residuales, donde aún queda mucho por hacer, pero en lo que ya hemos creado los cimientos. Hemos aprobado siete ordenanzas municipales en lo que va de mandato. Y no podemos olvidar la peatonalización de varias calles en El Puertito, para potenciar el comercio local, así como el proyecto de parking para la entrada en este barrio.

Este apoyo del que habla de su socio de gobierno, también lo recibió cuando se le acusó públicamente de estar implicado en el caso Mediador.
En diciembre de 2022 se aprobó una moción en el pleno del ayuntamiento para condenar todo tipo de acciones relacionadas con la difamación, la injuria y la calumnia, por lo tanto, todo lo relacionado con la intromisión al derecho al honor, de forma enérgica salvo por un partido, para erradicar este tipo de prácticas, que por desgracia yo he tenido que sufrir. He tenido que ver cómo mi honor se resquebraja por completo, he tenido que sufrir un calvario, porque algunos se han tomado la libertad de condenarnos, ya ni siquiera de insinuar. Esta lucha que inicié con acciones judiciales contra aquellas personas que intentaron perpetrar acabar conmigo no la hago solo por mí, sino que además por mis compañeros, mi partido, mi familia y por cualquier político. Creo que las penas en estos casos deben ser lo más consistentes posibles, porque es la única manera de evitar este daño. Me guste más o menos, quedará alguien que piense que si lo dijeron es por algo, y eso es muy injusto, cuando soy un vecino más que he venido unos años de mi vida a intentar solucionar los problemas del ciudadano que he sufrido, porque yo vengo también de trabajar como cualquier otro. Ante este tipo de situaciones tengo que decir que cojo fuerza, por ello me presento a las próximas elecciones, porque quiero así evitar que gobierne el mal en este ayuntamiento.

¿La diversidad geográfica del municipio ha supuesto un plus de complejidad a la hora de desarrollar políticas municipales?
Esto ha sido una gran dificultad, ya que los municipios que están concentrados geográficamente son más sencillos económicamente de gobernar. Atender a todos esos núcleos diseminados que tiene el municipio es una tarea más compleja, pero yo como vecino de un pueblo defiendo la España rural y que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos. Más allá de estas singularidades y de donde vivan tenemos que saberlo gestionar debidamente, para que nuestros vecinos y vecinas se sientan contentos y felices de vivir donde lo hacen