“La comedia trata de digerir la miseria y la risa no es una falta de respeto”

A los que estamos acostumbrados a verlo sobre un escenario o a través de la pantalla, solo o rodeado de compañeros de profesión, nos sorprende que Aarón Gómez se defienda como un pibe muy normal. Tras sus interpretaciones y los monólogos que arrancan las risas de su público, se encuentra una persona que disfruta de pasar tiempo junto a los suyos junto al fuego o de jugar a la play. Y es que con los años asegura que disfruta más de las cosas pequeñas.

¿Qué libros, películas y música podemos encontrar en su casa?
Muy variopintas, porque no tengo una línea de gusto cerrada. Hace poco fui a una librería y compré una tonga de libros clásicos que no había leído de diferentes géneros. Sí que es verdad que suelo buscar libros que me lleven a otros sitios porque la realidad es muy intensa. En la música me gustan los paisajes sonoros o los grupos experimentales, porque siempre trabajo con música, para que sean un colchón.

¿Dónde busca la inspiración?
Yo soy muy de levantarme con la idea. Como decía Cela que la inspiración te pille trabajando y yo paso muchas horas delante del ordenador. La inspiración llega sobre todo cuando compartes, el feedback es la clave en el mundo artístico. Especialmente con mentes afines, con las que te entiendes sin necesidad de explicarte, como me ocurre por ejemplo con Víctor Lemes. Nos acabamos las frases como si fuéramos enamorados, somos parejas artísticas.
En sus redes sociales recuerda al recientemente fallecido Manolo Vieira, ¿fue él una de sus referencias?
Para toda esta generación Manolo es una piedra angular. Ir a ver a Manolo era como ir a ver al chamán, trepar la montaña e ir hasta la cueva. Te dedicaba un rato y hablaba contigo y aprovechabas el momento. De hecho, el vídeo que publico es de la última actuación de él, del Chistera, y en la que nos quedamos hasta las tres de la mañana un grupo de amigos, contando chistes, tocando la guitarra y teniendo conversaciones muy personales. Fue una bella despedida, que pareció premeditada.

Cree que con los años, es ahora una fuente de inspiración para otros artistas
Sería precioso que sirviera a otras personas lo que uno hace, y como dice Darío López “hay gente para todo”. Sería maravilloso inspirar a alguien, sería el mejor legado. Manolo si está en algún lugar tiene que estar muy contento de lo que ha provocado sin querer. Él lo que quería era hacer reír y aunque uno crea que lo que hace no tiene más trascendencia que entretener, sí es cierto que la tiene y recibes mensajes en los que personas enfermas a las que les has alegrado o personas a las que le has salvado en momentos duros. Yo nunca me esperé eso, y si algún chiquillo dice que quiere dedicarse a esto por uno, maravilloso.

Actualmente simultanea varios proyectos y en diferentes lugares de la geografía, ¿cómo lo afronta?
Hace dos años tenía pelo. Sufro bastante el estrés. Actualmente me he separado un poco de los escenarios y estoy más enfocado al programa Una mala noche. Antes tiraba energía de la palangana y ahora la que me sobre se la dedico también a personas. Estoy intentando hacer menos cosas.

Acaba de nombrar el programa que presenta ‘Una mala noche la tiene cualquiera’ en la Tv Canaria y no es la primera experiencia de este tipo en las islas. ¿Cree que se puede ser profeta en su tierra?
Se está haciendo una apuesta más osada. Hay quien me dice en redes que soy un enchufado. Tengo 42 años y me ha costado muchísimo entrar en la tele, al igual que al resto. Mi único objetivo es que sea digno, entretener a la gente y tratar bien a los invitados.

A Aaron Gómez lo conocemos por su faceta como actor de cine, televisión y teatro, como presentador e incluso como cantante. ¿Son facetas complementarias o existe alguna que sea su debilidad?
Yo soy humorista. La madre de todas es la de estar encima del escenario. Es a la que pongo más amor y la que más disfruto, aunque ahora la tengo apartada.

¿Con los años, se le ha encasillado en algún tipo de papel o género?

Sí, mucha gente me reconoce por el humor canario que tiene un público masivo y que exprimí durante años. Están los que me reconocen por “Si lo dice la viejita…”. Esa faceta fue la que me hizo popular y la que me permitió empezar a comer de ésto.

Un sueño cumplido, y uno por realizar
La mayoría de las cosas han sido sueños cumplidos. Actuar en La Chistera, ver mi cara en la pantalla de Los Goya, trabajar con David Sainz, fueron sorpresas. Sigo sintiendo que soy un tío que digo tonterías y que una persona pague una entrada para verme, fue mi primer sueño cumplido. Y por cumplir millones, me queda todo por hacer, vamos a ver a dónde llega el camino, pero mientras disfruto.

¿Se ve trabajando en un trabajo de 8 horas en una oficina?
Lo he hecho. La verdad es que tienes también estrés, pero por lo menos te gusta lo que haces. En mi caso, muchas veces, es elegido porque me meto en proyectos no solo por dinero, sino por disfrute.

¿De qué no haría una broma?
Si la broma es buena, se puede hacer cualquier cosa. El límite lo pone el contexto. No haría una broma que pudiera ofender a alguien. Internet es un sitio sin contexto y eso lo hace más complejo. El humor se regula solo. Voluntariamente nunca lo haría. La comedia trata de digerir la miseria y la risa no es una falta de respeto. Espero que en mi funeral se rían y hagan bromas. Un chiste es ficción. La ofensa se tiene que trabajar a nivel personal y no tratar de callar a los demás. Las personas que se ofende mucho puede que no tengan una educación emocional alta.

¿Ésto se podría corregir si hubiera un consumo más generalizado de la cultura?
La cultura siempre ha estado en un segundo plano, pero hemos pasado una pandemia donde ésta fue protagonista para muchos. Hay que proteger la cultura. Yo la tuve en mi casa y ojalá todos los pibes tengan esa oportunidad.